sábado, 2 de junio de 2012

Catequista a los 4 años

Anoche, mientras volvíamos a casa en el coche, toda la familia junta, sucedió algo imprevisto y sorprendente. No sabemos por qué, pero nuestra hija Eva, que cumplió 4 años el lunes pasado, nos dijo lo siguiente:
-Le duele la frente...
-¿Te duele la frente, Eva?
-No, le duele la frente porque tiene un círculo.
-¿A quién le duele la frente, Eva? -preguntamos.
-A Jesús... y le duele mucho.
Y se clavaba los dedos en su frente.
-Y no puede andar... Y se cayó... Y tiene una cruz... Y le quitaron el vestido... Y ya no tiene vestido...
-Y ¿quién hizo eso? -volvimos a preguntar.
-Los malos, la gente... Y roja y marrón...
-Roja y marrón ¿qué? -esto no parecía tener sentido.
-La cara en la ropa...
¡Bendita sea La Verónica!
Luego siguió:
-Había dos malos con él, una cara mala y una cara buena...
No conseguimos que nos contara mucho más, pero ella estaba preocupada. Hasta que llegamos a casa.
-Y lo tumbaron y le pusieron un vestido guapo...
Entonces cambiamos de tema y le preguntamos que qué tal la función, pero ella terminó:
-Perdón Jesús...
No sabemos de dónde sacó esta información, el lunes procuraremos enterarnos en el colegio. Están preparando una función, pero ella hace de ficha amarilla del parchís...
Entonces le enseñamos imágenes de Jesús resucitado o de Jesús de bebé y le dijimos que al final había "vencido" a los malos y que nos quería mucho.
Antes de acostarse suele rezar el "Jesusito" y un "Padrenuestro" o un "Ave María", pero ayer, por "circunstancias" estuvo en el rato de oración de la familia y dijo:
-Jesús, yo no quiero que te pongan un círculo, que yo soy buena...
El que tenga oídos para oír que oiga.

martes, 10 de abril de 2012

Misiones Familiares 2012

Esta Semana Santa, como las dos anteriores, nos hemos ido de misiones toda la familia. Hemos estado en San Rafael, Segovia, un pueblo precioso atravesado por la carretera Nacional VI.
Las Misiones Familiares son una experiencia que une, educa y llena de alegría a la familia.

Desde la tarde del sábado previo al Domingo de Ramos hasta el mediodía del Domingo de Pascua de Resurrección unas 20 familias (con todos o casi todos los hijos) algunos jóvenes, un sacerdote y una hermana (97 personas), comparten durante casi nueve días su vida: ilusiones, esfuerzos, alegrías, experiencias, emociones, fe, recuerdos... todo.

Si toca cocinar, se cocina para todos; si toca limpiar, se limpia para todos; si toca divertirse se divierten todos. La convivencia es espectacular.

Pero eso no es lo mejor ni lo más importante. Lo más importante es la misión. La misión interior, interna y externa:

-Interior, con la que cada uno aprende, se acerca más a Dios, ora y recorre su camino de conversión.
-Interna, con la que todos nos apoyamos y compartimos nuestra vida, nuestra fe, oramos juntos y nos ayudamos a caminar hacia Jesús.
-Externa, con la que apoyamos a la parroquia que nos acoge, asistimos a todos los oficios de Semana Santa, llevamos nuestra fe a los que aceptan escucharnos, oramos y pedimos por todos los que nos encontramos en nuestro camino, invitamos a los habitantes del lugar a actividades preparadas por nosotros o de la parroquia (incluyendo los oficios), damos testimonio de vida de familia que cree en Dios y que trata de seguirle lo mejor que puede.

Dicho todo esto, las Misiones Familiares han sido una delicia. El trabajo para que todo estuviese al orden ha sido sencillo y llevadero, porque éramos bastantes para realizarlo y porque colaborábamos con el único afán de que los demás recibieran lo mejor que pudiéramos darles. Los tiempos de oración y vela en presencia del Santísimo (siempre que era posible, claro) muy reconfortantes, con motivaciones y cantos adaptados al evangelio diario. La misión puerta a puerta y por las calles dio de todo, pero las mejores vivencias aquellas en que nos acogieron con respeto, con cariño y en algunos casos hasta con ganas. La gente de la parroquia nos dio un buen testimonio nos acogieron e integraron en sus celebraciones.

Además vivir todo eso con tu esposa y tus hijos hace que los valores de otra forma, que los quieras mucho más y que des muchas gracias a Dios por lo maravilloso que es tenerlos a tu lado en todos esos momentos y experiencias.

Más personalmente, me han hecho crecer en humildad y en confianza en Dios y en María.

Fue muy curioso que el Viernes Santo, algo antes de las 12 del mediodía empezase a nevar y el período de “mal” tiempo se extendiese hasta terminar el sábado. El Domingo de Pascua de Resurrección hubo un sol radiante. Es como si hasta el tiempo meteorológico quisiera que recordásemos que Jesús sufrió y murió, pero que resucitó y nos salvó.

Así que me han gustado mucho. Aún se puede mejorar, dándose, y sobre todo dándome, más.

domingo, 15 de mayo de 2011

A tu lado

Ayer en catequesis he tratado de comentar con los niños la parábola de "El hijo pródigo".
No sé si ellos se llegaron a enterar del inmenso significado de esta parábola, pues estaban un poco distraídos. Pero a mi sí me recordó que, a pesar de nuestros pecados, Dios siempre está esperando que volvamos a Él arrepentidos para perdonarnos y alegrarse de nuestro regreso a su lado.
Pero no como una magnánima autoridad superior que judga, nos restriega nuestras faltas y al final decide perdonarnos, sino como un padre, o madre, amoroso que nos está viendo sufrir por el mal que hemos hecho y que desea con ilusión que nos acerquemos a Él para darnos su consuelo y alivio, decirnos que ya nos había perdonado y darnos la fiesta de la alegría de sentirnos en su Amor. Hay poca felicidad más grande.

Evidentemente yo no descubrí todo esto en la sesión de catequesis. Estaba demasiado ocupado con que no se "distrajeran" en exceso mis catecúmenos.
No, fue por la tarde, durante la oración de adoración al Santísimo en Viesques.

Llegué con pocas ganas pero con muchas esperanzas, pues la experiencia me dice que es un rato de mucho provecho. Así que totalmente descentrado hice lo único con un poco de sentido en un momento así: pedir socorro a Jesús, necesitaba que me ayudase a centrarme.

Y por esta vez me dió una respuesta clara:
primero me imaginé a mi mismo tendiéndole la mano a un Jesús que me tendía la suya desde una posición elevada, como si estuviera en el cielo (un cielo oscuro, por cierto) y yo aquí en el suelo y, aunque estaba cerca,no alcanzaba con mi mano a la suya por más que nos estirásemos. Y a continuación me dijo: No, no es así, Yo estoy aquí a tu lado. Y sentí como si estuviera a mis espaldas con sus manos apoyadas en mis hombros, dándome paz y diciendome que no me preocupara. Qué papanata acabo de escribir, no sentí como que, creo y sé que estaba allí con nosotros, conmigo.


Luego José Juan, el sacerdote que está con nosotros en la oración y al que quiero (y todos queremos) muchísimo, me (nos) regaló la recitación (en la oración no lo lee, lo recita de memoria y yo creo que el señor le inspira) del pasaje del evangelio en que Jesús dice que Él es el Buen Pastor que quiere y dá la vida por sus ovejas. Con lo cual "miel sobre ojuelas" (el que tenga oidos para oir que oiga).

Así pues la lección que el Señor me ha dado hoy es magnífica: "déjate amar por mí", dejémonos amar por Él, yo sólo no puedo nada, es Él el que lo puede todo, yo sólo tengo que ser su instrumento. Toma lección de humildad.

Gracias Dios mío.

miércoles, 20 de abril de 2011

Un instante de fe

Estamos de misiones familiares y hemos salido a misionar esta mañana con nuestra querida Mater por la zona que nos habían asignado.
La mañana transcurría como cualquier otra: alguna gente te escucha y te hece algo de caso, otra gente te dice que tiene prisa, otra te pide con distintos grados de amabilidad que los dejes en paz...
Pero no habíamos encontrado ningún interlocutor digno de mención, aunque eso sólo Dios lo sabe.


Otros misioneros, en este y otros años, sí habían tenido esa fortuna con la cual nos alegramos todos. Añorando esta posibilidad pensé, oré o me inspiró el Espíritu Santo, que con fe en que es María la que sale de misión y nosotros meros instrumentos en sus manos y que es Ella y no nosotros, la que decide dónde y cómo actuar, tuve un instante inmensa fe en esta premisa e instantes después nos abrió la puerta de su casa una mujer con la que mi esposa y yo encontramos que teníamos grandes cosas en común y con la que pudimos conversar más de una hora.
El resto del día también ha sido grandioso, un auténtico regalo de nuestra Madre.
Aparte de darle muchas gracias por el día de hoy y por la lección recibida a Dios y a María, uno se pregunta ¿por qué mi fe es tan pequeña y tan breve? ¿Y qué ocurriría si fuera mayor?
Hoy el evangelio nos invitaba a sentirnos queridos por Dios tal y como somos. Yo me siento superafortunado porque he visto que Dios me quiere y me quiere tal y como soy.
Bendito sea.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Santuario

¡Qué alegría volver al Santuario!

Este sábado estuvimos unas horas en Pozuelo de Alarcón, Madrid, en el Santuario de Nuestra Señora de Schoenstatt. Lugar en el que hace siete meses hicimos, mi esposa y yo, nuestra Alianza de Amor con María.

Y la verdad es que cada día nos alegramos más de haberla hecho. María nos conduce en nuestra vida en muchos aspectos, unos los vemos fácilmente y otros no tanto, pero Ella va cumpliendo con su parte del trato. Y nosotros... quizás a duras penas. Pero Ella es así.

Ella nos educa y moldea, nos apoya y nos guía. Se puede pensar que siete meses no dan para mucho, puede... pero se nota. Se nota en la alegría, en la paz, en la entrega... se nota en las posibilidades que se abren ante tí (nosotros, en este caso). Se nota en la disposición personal, en la aceptación de la vida y sus vueltas...

Así que cada vez que vamos a verla vamos con ganas, ilusión, alegría y esperanza, aunque recorramos casi mil kilómetros en catorce horas y llegemos a casa a las dos de la madrugada. Allí, a parte de a María, encontramos un montón de amigos que se acuerda de nosotros, que hace tiempo que no vemos o que incluso nos espera.

No pudimos ir todos los que nos habría gustado, a veces no todo sale como lo planeamos, pero pudimos hacer una pequeña oración por los que se quedaron.

A la vuelta no volvimos tristes porque ya no la "vemos", nos traemos la alegría que el Santuario irradia, a través de María y a través de la gente que nos acoge y comparte con nosotros la estancia de algo más de tres horas (tiempo de la jornada de formación y de verla a Ella). Además aprovechamos el viaje para traer a Asturias a un buen amigo.

Además, ayer domingo, pudimos asistir al magnífico evento de la ordenación como presbitero y diáconos de tres amigos, uno de ellos "compañero de Alianza" y gran devoto de María.

La próxima visita será en enero, a mediados y esperamos con ilusión que llegue el día. No sabemos que sorpresas nos depara, porque siempre que vamos volvemos más con Ella.

viernes, 16 de julio de 2010

Mi Reina

Todos los días se aprende algo, nunca sabes dónde, en qué lugar o por qué medios te va a llegar algo que va a aumentar tu tranquilidad, la consciencia que tienes de tus actos, de su significado... y por tanto, darte un poco (un mucho) de humildad ante Dios y los demás que llevan más tiempo que tú (yo) dando vueltas por este mundo.

Ayer, mi esposa, gran buscadora de noticias e información católica, aparte de una gran esposa, me mostró una web, y a través de esa llegamos a otra, en la que se pueden ver unos vídeos destinados a los más pequeños pero que dan grandes catequesis hasta a los más grandes.

La primera web es Magnificat.tv allí se puede encontrar un compendio de videos y otra información muy interesante. Ellos lo llaman "televisión a la carta", y espero que sigan aumentando esa "carta" con cosas tan buenas como las que ya tienen.

Allí mi esposa encontró un vídeo que consideró que nos venía bien para mostrárselo a los niños de catequesis y me lo enseñó para ver que me parecía. La verdad es que primera impresión no fue esplendida, pero instantes después recordé que no iba destinado a un público adulto sino a niños. Así que miramos qué más había. Estos vídeos han sido realizados por el Hogar de la Madre.

En estos vídeos se les explican a los niños muchas cuestiones de la vida católica. Pero a mi me llamó la atención uno en particular titulado "En las manos de María". Al principio me llamó el título, siempre es bueno aprender cosas sobre Ella. Así que lo vimos con ilusión y un poquito de paciencia. Tras los 5 primeros minutos (destinados a que los niños se aprendan el nombre del autor de tan bonito "cuento": San Luis María Grignon de Monfort) empieza a contar una historia de un campesino.

Como no he encontrado la historia original, voy a contarla yo.

Un campesino que tenía que pagar sus impuestos al rey vió que el fruto de su trabajo no era digno de ser presentado ante dicho rey. Él había cosechado frutas y verduras, pero la mayoría estaban golpeadas, sucias y con mal aspecto. Pero es lo que tenía. Así que empezó a discurrir de qué hacer para que su tributo fuese aceptable. Decidió ir a la reina contarle el caso y pedirle ayuda.
La reina le escuchó y le dijo que le trajese las frutas y verduras que iba a presentar al rey y así lo hizo. Entonces la reina limpió, ella misma, las frutas y verduras y las colocó y las adornó de forma que tuviesen una pinta inmejorable. Y ella se las presentó al rey, al cual le gustaron mucho más aún por que venían de manos de la reina, con sus cuidados, sus mimos y su dedicación.

Debería bastar con "el que tenga oidos para oir que oiga", pero por si acaso, igual hace nuestra Madre María cuando le pedimos que le presente al Señor nuestras obras, nuestras intenciones, nuestras oraciones... llenas de fallos, egoismos, perezas, descuidos... Ella hace que luzcan mucho más, destacando lo positivo, bueno, agradable.

La verdad es que todo esto te lo cuentan o lo lees mientras preparas la alianza con María, pero a mí no me tocó un ejemplo tan clarificador.