miércoles, 23 de diciembre de 2009

24 Nochebuena, 25 Navidad

¡Vaya título más chorra...! o... no tanto.

Al día 24 de diciembre, los cristianos lo llamamos "Día de Nochebuena", ese día (aunque ya deberíamos llevar no menos de 4 semanas haciéndolo: Adviento) esperamos y nos preparamos para celebrar el nacimiento de Jesús. Históricamente sólo sabemos que nació de noche, pero los cristianos celebramos que nació con el cambio de día, es decir, el día 24 a las 12 de la noche o el 25 a las 0:00. Por eso el día 25 celebramos que Jesús ha nacido y ha venido a salvarnos. El día 25 de diciembre es Navidad.

Esta información ya la sabemos todos... o... ¡no tanto!

La noche de Nochebuena nos reunimos todos en familia para esperar el nacimiento de Jesús. Es un momento familiar por excelencia, y ya que estamos reunidos todos y es de noche pues que menos que cenar juntos. Después, como es una fiesta, expresaremos nuestra alegría con cantos (villancicos) y otras actividades festivas. A las 12 de la noche adoraremos a Jesús que ha nacido y rezaremos el Ángelus...

¡Para, para!. Adorar, rezar... ¿A dónde vas? El día 24 por la noche dejamos el calcetín bajo el árbol o en la chimenea para que Papá Noel nos deje los regalos. El 25 es el "Día de Papa Noel" y como me he portado bien los últimos 10 minutos me va a traer todo lo que le pido... ... ... ... ... ...

No sé si quiero escandalizar o llamar la atención o qué, pero el pasado viernes, en catequesis de comunión, los niños/as dijeron que lo mejor de las navidades era el "Día de Papá Noel" porque les traería regalos. A lo que contesté que ese día no existe y traté de explicarles qué celebramos en Navidad.

No sé hasta dónde pude calar en sus mentes de 8 años, pero el mundo les enseña: 25/12 Regalos de Papá Noel, con la cenorra previa; 31/12 Nochevieja, con las uvas, permiso para acostarse tarde y "fiestear" todo lo posible; y 6/1 Regalos de los Reyes (para lo que se le haya podido olvidar al niño/a o a Papá Noel).
Y nada más.

Es una lástima que sólo veamos la parte celebrativa de las navidades, que es una parte expléndida, pero carente de sentido si se queda sola.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Lista para volar sola


Ya han pasado más de 18 años desde que la concebimos y llenó de alegría, esperanza y responsabilidades nuestra vida.

Desde siempre ha hecho gala de una claridad de ideas envidiable, de una fuerza personal que la lleva a conseguir lo que se propone.

Es hija nuestra y ayer ha recibido el sacramento de la Confirmación.

Se ha preparado para ello, mucho más de lo que ella y sus catequistas suponen, por que además de la formación recibida tiene una gran capacidad de juicio y buen criterio del que ha hecho gala en muchas ocasiones, por que es capaz de asumir responsabilidades cuando es necesario, por que ha asumido como suyos planteamientos de apoyo a la vida en los que creen y por los que luchan sus padres, su madrina de confirmación y otras personas de su entorno. Pero sobre todo, por que AMA con el Amor que Jesús nos enseñó a todos los que estamos a su lado.

Por todo ello sé que está lista para volar sola, no abandonada o echada, sino independiente con capacidad, voluntad y fuerza para buscar su rumbo. No será aún el momento de que lo haga, pero está preparada para ello.


La celebración del sacramento fue un momento emotivo, al que asistimos con el orgullo de padres que sienten una gran alegría por los pasos que da su hija. Como ceremonia todo salió bien. Personalmente le pedí mucho a Dios que enviara su Espíritu Santo sobre las confirmandas (eran todas chicas) de forma que las llenase y las volviese a llenar para guiarlas el resto de su vida. Pudo asistir casi toda nuestra familia cercana y compartieron con ella y con nosotros este momento por lo que les estoy muy agradecido.

Tras la celebración tuvimos la alegría de reunir a todos los invitados en nuestra casa. Era la primera vez que se veían y hablaban nuestra familia biológica/política (padres, hermanos, cuñados y sobrinos) con nuestros amigos, hermanos y compañeros en el camino hacia Jesús (no son conjuntos disjuntos aunque sí un asunto que queremos resolver). Fue una cena frugal pero poder juntar tanta gente querida nos hizo sentir mucho más felices de lo que habíamos imaginado. Además estuvo seguida de un rato de mucha diversión lo cual también superó todas las espectativas.

Gracias hija mía.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Luz

Éste está siendo un gran fin de semana, no sólo por lo largo (3 días) sino por lo aprovechado.

El sábado empezó con la una pequeña labor de reparto de MAR en la que entregamos un cochecito de bebé a una madre recien dada a luz que salió ayer, domingo, del hospital; siguió con la sesión de catequesis con "mis niños" (no son hijos míos, claro, pero no se me ocurre llamarlos de otra manera, además no son sólo "míos", también Rosi es catequista del grupo) y terminó con una misa (para el público general) y una oración del grupo de oración que empezamos a andar ese día.

Cualquiera de esos momentos merecería una entrada en un blog como este pero yo no tengo tanto don de palabra.

En cualquier caso, sí que guardo con mucho cariño la sesión de catequesis, aún no sé cómo, pero quiero trasmitirles más los temas que tratamos cada sábado, el problema es que apenas tenemos una hora y hay muchos temas y pocos sábados. Le pido a Jesús luz y entusiasmo para llegar mejor a ellos y sacar de su interior lo mucho bueno que tienen.

Llegando la noche tuvimos la oración. Es la primera vez que hago oración de esta forma, en grupo, había hecho actividades parecidas pero no iguales. La experiencia ha sido muy buena, las personas que han estado allí con mi esposa y conmigo sí que habían hecho oración otras veces y se notaba. Fue una oración ante el Santísimo (en "exposición menor" aunque luego lo sacaron a un pequeño altar). La verdad es que me avergüenzo de la poca consciencia del significado de ese acto. Jesús estába allí. Escuchándonos. Estaba más preocupado de estar a la "altura" de mis hermanos de oración que de ese hecho. "Allí donde dos o más se reunan en mi nombre, allí estaré yo en medio de ellos"... y estuvo. Y está. No quiero dejar pasar la oportunidad de decirle al sacerdote que estuvo con nosotros que no está sólo en su labor, que tambien estamos nosotros, que también estoy yo (seguro que ya lo sabe, pero creo que es importante decirlo). En cualquier caso espero con ansia la próxima ocasión: para darle gracias a Dios y pedirle algo que me decía un sacerdote cuando era pequeño: "Auméntame la Fe". El sábado que viene volverá a haber oración y seremos más hermanos. Espero, y pondré mi empeño en ello, que sea un rato al menos tan bueno como este.

El domingo tuvimos la "misa de niños" (a las 12:00 en San Pedro). Es tan reconfortante ver allí a tantos niños, sobre todo a los de tu (mi) grupo de catequesis, son unos ángeles, aunque ellos no lo sepan. Sí hablan, sí se distraen, pero van allí y trasmiten alegría. Una señora de Madrid me preguntó si en esa misa iban a cantar los niños para quedarse en ella. No dudo que la señora viniera a Gijón a cualquier otra cosa, pero, puesta a ir a una misa eligió la nuestra. Por supuesto, le respondí que durante todo el año en esa iglesia la misa de doce es la misa de los niños. Espero que le haya gustado y que vuelva.

Entre catarros, trabajo y otras lides, estamos aprovechando el fin de semana para descansar, pero anoche mi esposa y yo, después de leer una historia de la biblia y rezar con nuestros hijos, nos pusimos a ver la película "Karol, el hombre que se convirtió en Papa".

Es la segunda vez que la vemos. El comienzo no es agradable, por que muestra un tiempo de guerra y la guerra no tiene nada de agradable. Pero aun así la película es un canto a la Esperanza, a la Fe, a la Fuerza del Amor, a la Verdad y a la Vida. Es una película que te llena el corazón de emoción y alegría. Tenemos que adquirirla, por que este DVD nos lo dejó Macu y ya se la hemos devuelto. Otro día, cuando vuelva a verla, hablaré más de ella por que no tiene desperdicio.

Sólo una frase, y no la dice el protagonista: "Tu voz caló en mí hasta los huesos como el agua en una piedra a través de las fisuras".

Hay muchas otras cosas que quiero contar, ya irán saliendo, tengo que ordenarlas por que aún son una tormenta de ideas en mí.

Querida esposa, queridos hermanos (Jose, Macu, Patricia, José Juan, Diego...), María, Señor... necesito Luz.

Amén.

lunes, 26 de octubre de 2009

Una palabra tuya

Mi tercer hijo ha hecho la comunión este año y le han regalado un libro que se llama "Historias de la Biblia", es un resumen muy resumido de los principales pasajes y personajes del antiguo testamento y de la vida de Jesus sacada de una mezcla de los 4 evangelios.

Hasta hace unos meses les leíamos por la noche un cuento de algún libro de cuentos de los muchos que hay por casa, pero ya son un poco mayores para esos cuentos así que empezamos a leer este libro a un capítulo (dos páginas y con un gran dibujo) por noche. Después comentamos entre todos la lectura y tratamos de que las ideas queden un poco más claras.

Ayer tocó el pasaje (Mateo 8, 5-13; Lucas 7, 1-10;) en que un centurión romano se acerca a Jesús para pedirle que cure a su sirviente. Jesús se ofrece a curarlo pero el centurión no se considera lo suficientemente digno como para que Jesús entre en su casa, en cambio cree firmemente que a una sola palabra de Jesús el sirviente se curará. Y así ocurre.

Esa petición del centurión la repetimos los cristianos en misa al terminar la consagración y un poco antes de recibir la comunión:


Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.



Esta frase ha sido muy importante para mí durante muchos años. Expresa, para mí, dos estados en continua lucha:

  • Por un lado está una posturá de cristiano acomodado que espera y confía que Jesús le salve aunque él (yo) no haga gran cosa por merecerlo (ir a misa los domingos, no "forzar" los mandamientos, ...).

  • Por el otro la sensación de desasosiego de que eso no es suficiente, de que hay que hacer algo más, de que Jesús quiere algo más de mí.

De hecho, hacía muy poca oración, aunque quizá no pocos rezos. Orar es hablar con Dios y si estás un poco receptivo (no hace falta mucho) no es ya que te hable, "es que no hay quien lo calle" y eso atenta contra toda comodidad, pasotismo, egoismo...

Si se le quiere escuchar, Dios te habla. No es que vayas un día por la calle y veas una llama que no consume una zarza, sino que te va poniendo ante situaciones en las que debes reaccionar de alguna manera, como quieras pero de alguna forma. Es nuestra libertad en esos momentos responder cómo queramos, pero una respuesta nos (me) lleva a una nueva situación y así sucesivamente.

Con un poco de coherencia personal llega un momento en que caes en la cuenta de que Jesús o María o, realmente, Dios (a cada uno le es más fácil acercarse a una persona o a otra) es ya lo que de verdad da sentido a tu vida y te rindes a Él.

El camino no termina ahí, no es que acabe de empezar y sí es un buen paso, pero ahora hay que mantenerse centrado en el camino. Eso no es fácil pues soy muy dado a "echarme en los laureles" y a "mañana ya veremos", pero justo ahí vuelve la frase que ha provocado esta oración y la varío y la adapto a lo que siento:

Señor, no soy digno de que vayas a mi lado, pero guíame que no se por donde seguir.

Señor, algunas cosas voy haciéndolas mejor, pero aún me falta energía.

Señor, hoy te he fallado, pero me he dado cuenta de qué ha estado mal y mañana espero (con tu ayuda) hacerlo bien.


Amén

miércoles, 21 de octubre de 2009

Cuéntalo, Escríbelo, Pásalo

El sábado pasado, 17 de Octubre de 2009, fuimos toda la familia y otros amigos, a Madrid a la manifestación por la vida. Ya todo el mundo ha contado lo buena que fue esa manifestación, la cantidad tan inmensa de gente que acudió, las repercusiones socio-políticas...

Pero, gracias a Dios, pasaron muchas otras cosas que si los protagonistas no las cuentan quedarán ocultas para siempre.

Al volver hasta donde habíamos dejado el coche, tomamos el metro y nos encontramos con un señor mayor, quizá de unos 70-75 años, que vió que, como él, veníamos de la manifestación y se atrevió a hablarnos. Por su forma de hablar José, un amigo, le preguntó que si era "poeta" y él le dijo que había compuesto como 5000 y ¡que se los sabía de memoria!, bueno ya se le iba olvidando alguno, terminó diciendo.

Nos recitó 3 ó 4 en el tiempo que duró la espera del metro y el trayecto de apenas 4 estaciones (no soy crítico literario ni nada parecido, pero me gustaron, por la rima y la temática).

La pregunta lógica que nos surgió es que si las había publicado, o al menos escrito.

Nos contestó que NO. En aquel momento pensé que era una lástima, pero ahí quedó el asunto.

Al día siguente, estaba invitado por mis amigos a una celebración muy especial en Pozuelo de Alarcón, en el Santuario de Schoenstatt. Era el 40º adniversario de la consagración de dicho santuario. Bueno mi camino como católico, consciente de lo que significa, tiene una andadura de varios años mucho más flojos y muchos menos de los que yo quisiera, pero eso ya no se puede cambiar. Así pues María, Jesús, Dios, y las personas que allí estaban hicieron del momento un acto que ha marcado mi vida y que espero siga haciendo mella en mí siempre.

Bien cada vez que me dedico a una tarea "rutinaria" mi mente se evade de la tarea y, con mucha frecuencia, aprovecho para hacer oración, hoy me acordé de este señor, del que no he vuelto a saber nada (por supuesto y por desgracia), pero me dí cuenta de que lo mismo que él estaba haciendo yo. Y eso ahora ya no puede ser.

Así que, entre otros utilizaré este medio para compartir mi experiencia y mi fe y para animar a todos los católicos a que no se callen, que compartan su fe, su oración y todo lo que puedan con los demás.

Dios os bendiga.