domingo, 1 de noviembre de 2009

Luz

Éste está siendo un gran fin de semana, no sólo por lo largo (3 días) sino por lo aprovechado.

El sábado empezó con la una pequeña labor de reparto de MAR en la que entregamos un cochecito de bebé a una madre recien dada a luz que salió ayer, domingo, del hospital; siguió con la sesión de catequesis con "mis niños" (no son hijos míos, claro, pero no se me ocurre llamarlos de otra manera, además no son sólo "míos", también Rosi es catequista del grupo) y terminó con una misa (para el público general) y una oración del grupo de oración que empezamos a andar ese día.

Cualquiera de esos momentos merecería una entrada en un blog como este pero yo no tengo tanto don de palabra.

En cualquier caso, sí que guardo con mucho cariño la sesión de catequesis, aún no sé cómo, pero quiero trasmitirles más los temas que tratamos cada sábado, el problema es que apenas tenemos una hora y hay muchos temas y pocos sábados. Le pido a Jesús luz y entusiasmo para llegar mejor a ellos y sacar de su interior lo mucho bueno que tienen.

Llegando la noche tuvimos la oración. Es la primera vez que hago oración de esta forma, en grupo, había hecho actividades parecidas pero no iguales. La experiencia ha sido muy buena, las personas que han estado allí con mi esposa y conmigo sí que habían hecho oración otras veces y se notaba. Fue una oración ante el Santísimo (en "exposición menor" aunque luego lo sacaron a un pequeño altar). La verdad es que me avergüenzo de la poca consciencia del significado de ese acto. Jesús estába allí. Escuchándonos. Estaba más preocupado de estar a la "altura" de mis hermanos de oración que de ese hecho. "Allí donde dos o más se reunan en mi nombre, allí estaré yo en medio de ellos"... y estuvo. Y está. No quiero dejar pasar la oportunidad de decirle al sacerdote que estuvo con nosotros que no está sólo en su labor, que tambien estamos nosotros, que también estoy yo (seguro que ya lo sabe, pero creo que es importante decirlo). En cualquier caso espero con ansia la próxima ocasión: para darle gracias a Dios y pedirle algo que me decía un sacerdote cuando era pequeño: "Auméntame la Fe". El sábado que viene volverá a haber oración y seremos más hermanos. Espero, y pondré mi empeño en ello, que sea un rato al menos tan bueno como este.

El domingo tuvimos la "misa de niños" (a las 12:00 en San Pedro). Es tan reconfortante ver allí a tantos niños, sobre todo a los de tu (mi) grupo de catequesis, son unos ángeles, aunque ellos no lo sepan. Sí hablan, sí se distraen, pero van allí y trasmiten alegría. Una señora de Madrid me preguntó si en esa misa iban a cantar los niños para quedarse en ella. No dudo que la señora viniera a Gijón a cualquier otra cosa, pero, puesta a ir a una misa eligió la nuestra. Por supuesto, le respondí que durante todo el año en esa iglesia la misa de doce es la misa de los niños. Espero que le haya gustado y que vuelva.

Entre catarros, trabajo y otras lides, estamos aprovechando el fin de semana para descansar, pero anoche mi esposa y yo, después de leer una historia de la biblia y rezar con nuestros hijos, nos pusimos a ver la película "Karol, el hombre que se convirtió en Papa".

Es la segunda vez que la vemos. El comienzo no es agradable, por que muestra un tiempo de guerra y la guerra no tiene nada de agradable. Pero aun así la película es un canto a la Esperanza, a la Fe, a la Fuerza del Amor, a la Verdad y a la Vida. Es una película que te llena el corazón de emoción y alegría. Tenemos que adquirirla, por que este DVD nos lo dejó Macu y ya se la hemos devuelto. Otro día, cuando vuelva a verla, hablaré más de ella por que no tiene desperdicio.

Sólo una frase, y no la dice el protagonista: "Tu voz caló en mí hasta los huesos como el agua en una piedra a través de las fisuras".

Hay muchas otras cosas que quiero contar, ya irán saliendo, tengo que ordenarlas por que aún son una tormenta de ideas en mí.

Querida esposa, queridos hermanos (Jose, Macu, Patricia, José Juan, Diego...), María, Señor... necesito Luz.

Amén.